La guerra de Flandes

   Felipe II había cedido los Países Bajos a su hija Isabel Clara Eugenia, esposa del archiduque de Austria. Si la pareja no tenía descendencia pasaban a la corona española. Fue una forma elegante de salir del avispero flamenco Flandes debía basarse en sus recursos para mantener su independencia. Este país se empleó a fondo para combatir a los calvinistas, pidió ayuda a España y el nuevo capitán general Spínola, tomó Ostende en 1604 y cuando todo parecía que se iba a alzar con la victoria España se declaró en bancarrota en 1607. Los rebeldes perdieron terreno y en 1609 el duque de Lerma aprobó una tregua de 12 años.

   Durante esta tregua floreció el mercado entre Holanda y España. Los holandeses desarrollaron la mejor flota comercial del mundo. Esta tregua dio de hecho independencia  a las provincias protestantes de los Países Bajos y se convirtieron en una potencia económica. El puerto de Amberes, en zona de los archiduques, permaneció bloqueado y el de Amsterdam prosperó.

   Desde España consideraban esta tregua humillante y perjudicial para los intereses españoles y deseaban una reanudación de la contienda. Cuando llegó la hora de reanudar la tregua, España exigió unas condiciones que Holanda rechazó y se reanudaron las contiendas.

   La España de 1621 no trataba de recuperar territorios perdidos, sino frenar la expansión económica y colonial de Holanda. El plan consistía en destruir el comercio holandés. Para empezar confiscación de bienes en Nápoles, Sicilia, Cerdeña y el Milanesado. Vigilancia de Gibraltar para cerrarles el paso al Mediterráneo. Bloqueo de Portugal. En el mar del Norte, confiscación de mercancías y bloqueo de puertos. Olivares pensaba que la única guerra eficaz era la económica. La toma, una tras otra, de ciudades apenas las valoraba el conde-duque "Poco fruto y mucho coste".

   Esta política consiguió arruinar la economía holandesa, pero sus efectos también se sintieron en la península, que no recibió mercancías del norte ni pudo vender en esa zona. Además los holandeses pasaron a la ofensiva en las colonias. Intensificaron sus acciones contra Brasil. En 1629 el corsario Piet Heyn se apoderó de los tesoros que la flota española transportaba de las Indias hasta España. Era la primera vez que sucedía una catástrofe de tal envergadura. En 1624 el cardenal Zapata protestó "Se pierde España sin ganar nada en Flandes".

   Olivares quería pactar una tregua, pero desde una posición de fuerza. En 1634 el cardenal-infante Fernando de Austria derrotó a los protestantes en Nordlingen (Alemania) y después invadió terreno holandés. En 1639 España vólvió a tomar la iniciativa en el mar, pero sufrieron una severa derrota en la batalla de las Dunas.